La víspera de San Juan volverá a oler a pólvora en Legazpi. Dinamita festiva y no de batalla, que dará vida al alarde de armas recuperado desde el año 1994 en la localidad. A falta de un mes y medio para el popular desfile, los organizadores han abierto el plazo de inscripción para los vecinos que quieran participar como escopeteros, txilibiteros o atabaleros.
Los interesados pueden dar el nombre en el Ayuntamiento o en la casa de cultura.
En el caso de los escopeteros, el plazo para apuntarse finalizará el 30 de mayo. «Tal y como se hizo el año pasado, se realizarán dos listas, una para aquellos que tengan licencia de armas y escopeta y otra para los que no las tengan, estos últimos desfilarán con las escopetas de fogueo que dispone el Ayuntamiento», informan los organizadores. «A la hora de inscribirse, se les solicitará el nombre, dos apellidos, la dirección y el número de teléfono, aquéllos que posean licencia de armas deberán presentar, además, el permiso de armas y la guía de la escopeta que se portará el mismo día del alarde, la organización sacará una copia de ambas», explican.
El Ayuntamiento ha invertido 10.000 euros en la compra de 35 nuevas escopetas de fogueo para el alarde, 25 el año pasado y 10 más este año. «Aun así el número de escopetas sigue siendo limitado y en caso de que los participantes superen esta cantidad, se tomará como referencia el orden de inscripción para hacer el reparto de las mismas», inciden los organizadores.
Al mismo tiempo, han fijado una edad mínima de 16 años para poder participar como escopeteros o escopeteras en el desfile.
Para txilibiteros y atabaleros
También habrá un sitio para los que quieran salir como txilibiteros o atabaleros, en vez de portar un arma. Se trata de dos instrumentos relativamente sencillos de tocar, a los que también habrá que apuntarse previamente. El plazo se encuentra abierto hasta 23 de mayo.
Con todos ellos se prevé devolver a las calles un alarde cuyas primeras referencias históricas se remontan al año 1506. Por aquel entonces, los vecinos del pueblo, bajo la jurisdicción de Segura, tenían que recorrer un buen trecho de kilómetros a pie, cargados con pesadas armaduras y demás indumentaria militar, para integrar el alarde de la localidad vecina. Con el transcurso de los años, estos desfiles dejaron de celebrarse a raíz de la pérdida de los fueros. El paso del tiempo nos lleva hoy a un acto más festivo que militar, que llegado el 23 de junio nos introduce en las celebraciones de San Juan con sus tradicionales hogueras, bailes y la colocación de un árbol en la plaza con una ikurriña en la punta para el intrépido que se atreva a trepar y cogerla.
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EN ABRIL Y MAYO,..... NO DEJES EN CASA EL SAYO
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