Cuando una dantzari de entre 7 y 15 años está citada en Legazpi a mediados de mayo es señal de que ha realizado una magnífica temporada. La localidad acoge todos los años por estas fechas el Campeonato de Neskatxena, del que salen las campeonas de Euskadi, las más regulares de la liga y las mejor vestidas. Solo treinta dantzaris logran llegar hasta aquí, aquellas que han conseguido las puntuaciones más altas en la liga itinerante que se ha desarrollado meses atrás por distintos pueblos. Ayer llegaba el gran día y dos jovencitas cumplían su sueño. Ane Espina y Leire Amiano, ambas de Lezo, se alzaban campeonas de Euskadi, la primera en la categoría de 7 a 11 años y la segunda en la categoría de 12 a 15 años. «No ha sido una tarea fácil, ya que a estas alturas de la competición el nivel de las participantes es tan bueno que solo las pequeñas cosas marcan la diferencia», reconocía el jurado, compuesto por los miembros de Gipuzkoako Euskal Dantzarien Biltzarra. Un año más, la representación de pueblos fue de lo más variada, con finalistas procedentes de Donostia, Lezo, Hernani, Amasa, Villabona, Ibarra, Aduna, Oiartzun, Elgoibar, Etxarri, Lizartza y el propio Legazpi. Las más pequeñas interpretaron los bailes Punta Motz y Uztai Txiki Zortzikoa y las mayores Erribera, Upelategi y Agurra.
Las mejor vestidasTambién se otorgaron los premios a las más regulares de la liga, nuevamente para Ane Espina de Lezo en la categoría de 7 a 11 años y para Nora Fraile de Lezo y Maddi Otegi de Villabona en la categoría de 12 a 15 años.
Al jurado de baile le acompañó otro de vestuario, integrado por dos legazpiarras que llevan 16 años puntuando los trajes y peinados de las dantzaris, la modista Isabel Aztiria y la peluquera María Luisa Mendizabal. «Cada año vienen mejor vestidas, sobre todo las mayores», señalaban satisfechas. A diferencia de lo que pueda parecer, su labor no consiste en premiar la hermosura de los vestidos, sino la propiedad con la que han sido confeccionados tomando como patrón los trajes tradicionales de finales del siglo XIX y comienzos del XX. De esta forma, la tradición manda más que la estética en las valoraciones. «El rostro de la dantzari tiene que estar despejado, sin flequillo y debe llevar el pelo recogido en un moño, trenza o pañuelo, que en el caso de las solteras debe ser de color», citaban. «Es importantísimo que la ropa vaya bien encajada, los pololos son un elemento fundamental y valoramos especialmente los tejidos naturales como el hilo, la lana o el algodón, también la laboriosidad de las prendas, pero en su justa medida, ¡no podemos olvidar que son trajes de época y no tapetes!, deben guardar un equilibrio entre la elegancia y la sencillez», resumían ayer. En esta ocasión, los galardones a las mejor vestidas fueron para Nora Azurmendi de Donostia en la categoría de 7 a 11 años y para Izaro Urrestarazu de Ibarra en la categoría de 12 a 15 años. El campeonato alcanzaba así su XX edición bajo la organización del grupo de baile Sustraiak de Legazpi junto al Ayuntamiento y Gipuzkoako Euskal Dantzarien Biltzarra.
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